Resumen #01 Una Iglesia centrada en el Evangelio

Una Iglesia Centrada en el Evangelio.  •  Sermon  •  Submitted   •  Presented
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Repaso y preguntas:

Definición de una vida centrada en el evangelio:

“Una vida centrada en el evangelio es una vida que no considera la verdad del evangelio solo como la entrada a la salvación, si no que busca que la verdad de Cristo y su sacrificio moldeen e impregnen cada aspecto de la vida”

Preguntas:

Este es un buen momento para saber qué recuerdan los hermanos de lo que se le sha enseñado.
¿Qué recuerda de lo que se ha enseñado en estos últimos domingos?
¿Tiene usted alguna pregunta de lo que se ha enseñado hasta ahora?

Verdades importantes que recordar:

1. Necesitamos vivir una vida centrada en el evangelio porque todas las áreas de nuestra vida han sido afectadas por el pecado.

Génesis 3 y 4 nos muestra la llegada del pecado al mundo y sus consecuencias. Por causa del pecado vemos que:
Los hombres sienten vergüenza y se esconden de Dios.
El hombre y la mujer comienzan a echarse la culpa unos a otros.
Los hijos de los hombres no se aman, sino que se matan unos a
otros. Se construye una sociedad alejada de Dios y motivada por el orgullo y los malos deseos.
Por esta razón necesitamos que el evangelio cambie nuestra forma de vivir, de relacionarnos con otros y de vivir en comunidad.

2. El evangelio es lo que nos hace dignos de conocer y servir a Dios.

Cuando vemos nuestro pecado podemos cometer dos errores:
No le damos importancia o no comprendemos la gravedad de nuestro pecado.
Buscamos sentirnos dignos por nuestra obediencia o las cosas buenas que hacemos.
Ante esto Isaías 6 nos enseña una verdad importante.
El profeta, al ver la visión de la majestad y santidad de Dios, piensa que va a morir porque sabe que es un hombre "de labios inmundos" y que vive en medio de un pueblo con labios inmundos. Entonces comprende su indignidad. ¿Cuál es la respuesta de Dios? Dios envía a un querubín con un carbón encendido sacado del altar del sacrificio, con el cual toca los labios de Isaías y declara que está limpio de sus pecados. Lo que el Señor le estaba enseñando a Isaías era que su dignidad provenía de un sacrificio que Dios había hecho por sus pecados. Esto nos enseña que no somos dignos de servir a Dios por nuestras buenas obras o nuestra obediencia, sino porque Cristo fue sacrificado para limpiarnos de nuestros pecados.

3. Mientras más nos damos cuenta de nuestro pecado, más comprendemos la grandeza del evangelio.

Muchas veces queremos minimizar la gravedad de nuestro pecado, lo hacemos de diferentes maneras:
Nos ponemos a la defensiva.
Fingimos ser mas buenos de lo que somos.
Nos escondemos, es decir nos relacionamos mucho para que no se vean nuestras faltas
Exageramos nuestras virtudes
Echamos la culpa a los demás.
Restamos importancia a los errores que hemos compartido.
Todo esto nos impide comprender la grandeza del evangelio.
La Palabra nos enseña en 1 Timoteo 1:12–17 que Pablo, cuando recordó lo malo que era supo valorar la gracia y misericordia que Dios tuvo por él.
Solo cuando recordamos lo malos que éramos es que podemos comprender la grandeza del evangelio.

4. Demostramos que hemos crecido en nuestra comprensión del evangelio en que este llega a ser más valioso en nuestra vida.

A veces nuestra falta de gratitud o de disposición a dar para el Señor es porque no estamos valorando lo que el Señor hizo por nosotros.
En el evangelio tenemos la historia de dos mujeres (Lucas 7:36-50 y Marcos 14.3-9). La una lavó los pies del Señor con sus lágrimas y la otra derramó un perfume muy caro en la cabeza del Señor. Ambas demostraron que para ellas el Señor era importante y valioso.
Cuando valoramos el evangelio, lo que el Señor hizo por nosotros, no nos importa dar todo lo que tenemos para él y su causa.

5. El evangelio nos conduce a vivir una vida consagrada a Dios.

El problema de hoy es que hay muchas personas que dicen ser cristiana pero siguen viviendo una vida mundana y sin compromiso con las cosas de Dios. Romanos 12.1-2 nos recuerda que toda nuestra vida debe ser una constante adoración a Dios viviendo para hacer su voluntad y que en esto tenemos el ejemplo del Señor que se entregó por entero a cumplir la voluntad del Padre, aunque esto le constó la muerte.
Para consagrarnos de esta manera tenemos que recordar las grandes misericordias que el Señor ha tenido para con nosotros.

Conclusión- Preguntas:

Aquí hay algunas preguntas importantes que debemos hacernos:
¿De qué manera el evangelio ha transformado tu forma de relacionarse con los demás?
¿Cómo puedes demostrar más valor al sacrificio de Cristo en tu vida diaria?
¿Qué pasos puedes dar para vivir una vida más consagrada a Dios?
¿Cómo puedes aplicar la verdad del evangelio en tus decisiones diarias?
¿Cómo puedes demostrar que valoras lo que Cristo ha hecho por ti a tus amigos y compañeros?
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