El Cristiano Valiente
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Introducción
Introducción
Si tuviéramos que utilizar una sola palabra para describir a los cristianos occidentales, no sería la palabra valiente. Más bien, podría ser la palabra cómodo.
Con demasiada frecuencia, valoramos la comodidad por encima de la valentía. Como resultado, vivimos vidas cristianas anémicas, sin experimentar nunca el potencial de todo lo que Dios ha planeado para nosotros.
Una vida cristiana valiente no es una vida que no conoce el miedo.
«El valor no es la ausencia de miedo, sino ignorar el propio miedo para hacer lo que es necesario y lo que es correcto».
Una vida cristiana valiente es elegir vivir con fe en Dios a pesar del miedo. Es elegir cumplir el llamado de Dios en nuestras vidas con Su fuerza.
«La valentía piadosa es ignorar el miedo al fracaso cuando se intentan grandes cosas para Dios».
Nuestra necesidad de valor no sólo se limita a las amenazas inmediatas que traen miedo a nuestros corazones. La valentía también es necesaria para vivir el llamado de Dios en nuestras vidas de una manera que lo honre.
Josué, el personaje del Antiguo Testamento, encarnó el tipo de valentía que necesitamos en nuestras vidas hoy.
Al llegar a los versículos del texto de Josué 1, el año era aproximadamente 1405 a.C.. El pueblo de Dios estaba reunido al este del Jordán, no lejos del monte Nebo, donde Moisés había muerto recientemente.
Era un momento crucial en la historia de Israel. Moisés, el siervo del Señor, había muerto, y los israelitas tenían que elegir. Podían rebelarse y volver a la idolatría, o podían perseguir valientemente las promesas de Dios y conquistar la la Tierra Prometida.
Además, Josué podía ver el río Jordán desbordado frente a ellos y no estaba seguro de cómo los israelitas serían capaces de cruzar a la Tierra Prometida.
Pero cuando Dios eligió a Josué, había una característica que quería ver en él. De hecho, nuestro pasaje lo menciona varias veces. Esa característica era la valentía.
6 Esfuérzate y sé valiente; porque tú repartirás a este pueblo por heredad la tierra de la cual juré a sus padres que la daría a ellos. 7 Solamente esfuérzate, y sé muy valiente, para cuidar de hacer conforme a toda la ley que mi siervo Moisés te mandó. No te apartes de ella ni a derecha ni a izquierda, para que seas prosperado en todas las cosas que emprendieres. 8 Este libro de la ley nunca se apartará de tu boca, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien.
Dios también nos llama a vivir una vida cristiana valiente con un corazón de confianza en el Señor. Hoy veremos la primera manera en que el coraje llega a nuestras vidas.
La valentía viene cuando nosotros:
Confiamos en las promesas de Dios.
Tal vez hayas escuchado la afirmación
«Con el llamado de Dios viene la capacitación de Dios».
Es cierto. Y vemos este principio en la vida de Josué.
Pero, ¿Como provee Dios esa capacitación? Nos capacita por medio de las promesas de su Palabra. Cuando tiene que ver con la valentía, la Palabra de Dios es todo.
Desarrollo
Desarrollo
1 - Las promesas de Dios a Josué
1 - Las promesas de Dios a Josué
Josué no lideraba al pueblo a un lugar al azar. Estaba exactamente donde Dios quería. Llamamos la tierra de Canaán la Tierra Prometida. Eso es porque cientos de años antes Dios le dio a Abraham una promesa que sus descendientes vivirían allá.
15 Porque toda la tierra que ves, la daré a ti y a tu simiente para siempre. 16 Y haré tu simiente como el polvo de la tierra; que si alguno podrá contar el polvo de la tierra, también tu simiente será contada. 17 Levántate, ve por la tierra a lo largo de ella y a su ancho; porque a ti la daré.
Es importante notar que aunque Dios les prometió la Tierra Prometida a Israel, ellos tuvieron que tomar acción. Ellos tuvieron que entrar a conquistar las otras naciones. Claro, Dios los iba a apoyar, pero no tomaría la decisión por ellos.
3 Yo os he entregado, como lo había dicho a Moisés, todo lugar que pisare la planta de vuestro pie.
Tuvieron que tomarlo entrando con sus propios pies.
En ese entonces, los israelitas solo ocupaban el 10% de la Tierra Prometida. Muchas veces nosotros también no recibimos todo lo que Dios nos quiere dar porque no reclamamos las promesas que Dios nos ha hecho.
Necesitamos la fe. Esto resulta en acción. Como dice Santiago:
18 Pero alguno dirá: Tú tienes fe, y yo tengo obras; muéstrame tu fe sin tus obras, y yo te mostraré mi fe por mis obras.
La valentía viene de nuestro andar con el Señor y resultará en el tomar acción.
El liderazgo comienza con el ser, pero resultará en el hacer.
Vivir la vida cristiana valiente require la acción valiente.
Una señora rica curiosa por el collar de brillantes, largos, y afilados dientes que tenía un indígena le pregunto: “Qué son esos?” “Son dientes de un oso pardo.” “Esos deberían tener mucho valor como las perlas para nosotros?” Contestó el indígena, “No exactamente señora, cualquiera puede abrir una ostra.”
Dios busca a los con quienes pueda lograr lo imposible - que lástima que planeemos solo lo que podemos lograr nosotros mismos. A.W. Tozer
Las promesas hechas a Josué formaron la base de sus acciones valientes.
Conclusión
Conclusión
¿Qué tal nosotros?
¿Vemos las promesas de Dios en la Biblia como promesas actuales o promesas obsoletas para una generación anterior?
¿Puedo listar por lo menos tres promesas (fuera de la salvación) que Dios ha hecho a mi como parte de su iglesia?
¿Cuales pasos he tomado para vivir basado en esas promesas?
Si Dios me ha sido fiel en esto, ¿Por qué no tengo la valentía de confiar en Él con cosas mayores?
