El Privilegio de Sufrir: Reflejando a Cristo en Medio de las Pruebas

EPISTOLA DE 1 PEDRO  •  Sermon  •  Submitted   •  Presented
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Introducción

Hace algún tiempo, cuando estaba buscando reducir unos aros, alguien me recomendó contactar a un fundidor de metales preciosos. Me dijeron que él era experto en trabajar con oro y plata, y que podría hacer algo único y significativo. Decidí visitarlo para conocer su trabajo.
Cuando llegué a su taller, lo encontré concentrado en su tarea. Me invitó a observar mientras refinaba un pedazo de plata que luego usaría en una joya. Me explicó que la plata debía ser colocada en el centro del fuego, donde el calor es más intenso. “Es ahí donde se queman todas las impurezas y la plata se purifica”, dijo.
Curioso, le pregunté si podía dejarla allí sola mientras hacía otra cosa. Él negó con la cabeza y respondió: “No, no puedo quitarle los ojos de encima. Si dejo la plata en el fuego más tiempo del necesario, se arruinará. Debo estar aquí todo el tiempo.”
Entonces, le pregunté: “¿Y cómo sabe cuándo está lista?” El fundidor sonrió y me dijo: “Es sencillo. Sé que está lista cuando puedo ver mi reflejo en ella.”
Habiamos visto la semana pasada que Dios controla el calor, sus ojos estan sobre nosotros ,
Y en medio del sufrimiento Dios nos perfecciona
Pedro ahora se esta enfocando una de las preguntas mas comunes del creyente
¿Por qué estoy sufriendo?
Pedro nos anima a examinar nuestras vidas en medio del sufrimiento. En el horno de la persecución y las pruebas, Dios utiliza el fuego como un proceso refinador. Este fuego no tiene la intención de destruirnos, sino de purificarnos, eliminando las impurezas de nuestras vidas y fortaleciendo nuestro carácter cristiano.
Pero nos responde 3 cosas mas.

1.⁠ ⁠El sufrimiento nos acerca a Dios

Note el versículo 14:
Si sois vituperados por el nombre de Cristo, sois bienaventurados, porque el glorioso Espíritu de Dios reposa sobre vosotros (1 Pedro 4:14).
Tomemos un momento para reflexionar en esta frase: “Si sois vituperados por el nombre de Cristo”. esta frase indica que esto definitivamente sucederá.
En otras palabras, podemos entenderlo así: “Si sois vituperados por el nombre de Cristo, y lo serais…”.
Esto nos enseña algo clave:
El sufrimiento no es una posibilidad remota; es una realidad inevitable para quienes llevan el nombre de Cristo.
Ser ridiculizado por seguir a Jesús no es una opción entre muchas, es algo que, tarde o temprano, enfrentaremos.
La palabra vituperar que usa Pedro implica recibir insultos, críticas y acusaciones injustas.
Esto mismo fue lo que Jesús soportó, incluso mientras estaba colgado en la cruz
Marcos 15:32 RVR60
El Cristo, Rey de Israel, descienda ahora de la cruz, para que veamos y creamos. También los que estaban crucificados con él le injuriaban.
Mateo 27:44 RVR60
Lo mismo le injuriaban también los ladrones que estaban crucificados con él.
Pedro nos recuerda que cada vez que enfrentamos insultos, injusticias, burlas o crueldad, estamos participando de los sufrimientos de Cristo.
Si sois vituperados por el nombre de Cristo, sois bienaventurados, porque el glorioso Espíritu de Dios reposa sobre vosotros (1 Pedro 4:14).
En otras versiones dice,

14 Si alguien los insulta por confiar en Cristo, consideren ese insulto como una bendición de Dios.

Aplicacion:
Puede ser el menosprecio de compañeros, un jefe que se irrita con nuestras convicciones o burlas abiertas en el lugar de trabajo en casa .
Al final, Pedro deja claro que estas experiencias no son personales; no se deben a nosotros, sino a nuestra conexión con Cristo y Su nombre.
Filipenses 1:29 RVR60
Porque a vosotros os es concedido a causa de Cristo, no sólo que creáis en él, sino también que padezcáis por él,
Lucas 6:22–23 RVR60
Bienaventurados seréis cuando los hombres os aborrezcan, y cuando os aparten de sí, y os vituperen, y desechen vuestro nombre como malo, por causa del Hijo del Hombre. Gozaos en aquel día, y alegraos, porque he aquí vuestro galardón es grande en los cielos; porque así hacían sus padres con los profetas.
Dejame decirle algo,
En el Nuevo Testamento, los cristianos eran conocidos primero como "seguidores del Camino" (Hechos 9:2) y "discípulos de Cristo" (Mateo 10:1).
No fue sino hasta Antioquía que empezaron a ser llamados "cristianos", un término que inicialmente se usó de forma despectiva, como una burla, para referirse a los que pertenecían a Cristo (Hechos 11:26.
Hechos de los Apóstoles 11:26 RVR60
Y se congregaron allí todo un año con la iglesia, y enseñaron a mucha gente; y a los discípulos se les llamó cristianos por primera vez en Antioquía.
Decir "cristiano" era como decir "seguidor de ese crucificado", algo que pretendía humillar, minimizando su valor como personas.
Sin embargo, Pedro no lo ve así. Para él, llevar el nombre de Cristo es un privilegio y un honor, no algo de lo que debamos avergonzarnos.
Entonces ……Si sois vituperados por el nombre de Cristo, sois bienaventurados, porque el glorioso Espíritu de Dios reposa sobre vosotros (1 Pedro 4:14)
 Podría traducirlo, “eres afortunado.”
PERO AVECES ESA NO ES LA ACTITUD QUE TENEMOS
Lenin “Pero no me siento afortunado,” podría pensar.
Esto sucede porque a menudo respondemos al rechazo del mundo enfocándonos en el dolor y olvidamos que sufrir por el nombre de Cristo es, en realidad, un privilegio y una oportunidad especial que Dios nos da.
Y Pedro nos muestra uno de los privilegios aquí. el glorioso Espíritu de Dios reposa sobre vosotros. 
Y ESTO ES HERMOSO Y SUBRAYALO
porque el glorioso Espíritu de Dios reposa sobre vosotros (1 Pedro 4:14)
¡Imagínese, Pedro ahora atribuye esa promesa al creyente que sufre!
En otras palabras, el mismo Espíritu fortalecedor que reposó en Cristo ahora reposa sobre NOSOTROS, de manera única, para permitirle soportar la injuria del mundo.
Lo que significa que sufrir por Su nombre no es una especie de prueba de que Dios lo ha abandonado.
El sufrimiento es una oportunidad en la que Dios va a empoderarlo de manera única. Él se va a involucrar en su vida como nunca.
Si bien el Espíritu Santo ya habita en el creyente de forma permanente – recuerde que su cuerpo es templo del Espíritu Santo (1 Corintios 6:19)
Pedro dice aquí que habrá un poder y una gracia adicionales para enfrentar la presión del sufrimiento.
Un ejemplo claro de cómo el Espíritu Santo fortalece a los creyentes en medio del sufrimiento lo encontramos en la vida de Esteban, el primer mártir cristiano.
En Hechos 7:54-60, Esteban predica con valentía sobre Cristo, lo que enfurece a sus oponentes, quienes lo acusan falsamente y lo apedrean hasta la muerte. Durante este terrible momento de persecución, vemos cómo el Espíritu Santo lo fortalece de manera única:
Llena a Esteban de paz y visión celestial: "Pero Esteban, lleno del Espíritu Santo, puestos los ojos en el cielo, vio la gloria de Dios, y a Jesús que estaba a la diestra de Dios" (Hechos 7:55). En lugar de desesperarse, Esteban experimenta una visión sobrenatural que lo llena de esperanza.
Le capacita para reaccionar con gracia y perdón: Mientras lo apedrean, Esteban ora: "Señor, no les tomes en cuenta este pecado" (Hechos 7:60). Este acto de perdón y amor no proviene de la naturaleza humana, sino del poder del Espíritu que reposa sobre él.
Según Pedro, las pruebas se convierten en una oportunidad para aprovechar el poder divino.
porque el glorioso Espíritu de Dios reposa sobre vosotros (1 Pedro 4:14)
Puedes notar cómo Pedro menciona a Cristo, al Espíritu Santo y a Dios Padre trabajando juntos. Los tres están involucrados en nuestro sufrimiento y nos fortalecen para soportarlo.
Ahora , Cuando enfrentamos pruebas difíciles, muchas veces nos sentimos:
Mentalmente confundidos.
Emocionalmente agotados.
Físicamente exhaustos.
Espiritualmente abatidos.
Desde nuestra perspectiva humana, estos momentos parecen los peores. Pero desde la perspectiva de Dios, estos son los mejores momentos para acercarnos más a Él.
Por eso Pedro nos llama a cambiar nuestra forma de ver el sufrimiento. Él dice: El glorioso Espíritu de Dios reposa sobre vosotros” (1 Pedro 4:14).
La palabra "reposa" significa dar descanso o refrigerio. En otras palabras, cuando dependemos más del Espíritu de Dios durante las pruebas,
Él nos llena de gracia, fuerza y paz para resistir y perseverar.
Aunque el mundo pueda lastimarnos con sus palabras o acciones, el sufrimiento nos acerca a Cristo, y en ese proceso, el Espíritu Santo nos refresca y renueva.
 

El sufrimiento puede ser consecuencia de nuestra obediencia

Pedro añade una advertencia:
Así que, ninguno de vosotros padezca como homicida, o ladrón, o malhechor, o por entremeterse en lo ajeno (1 Pedro 4:15).
Pedro menciona en 1 Pedro 4:15 que ningún cristiano debería sufrir como homicida, ladrón, malhechor o por entrometerse en asuntos ajenos.
Esto es una advertencia clara: no todo sufrimiento glorifica a Cristo.
En el tiempo de Pedro, el asesinato y el robo eran crímenes severos que a menudo llevaban a la pena de muerte. Pedro incluye a los malhechores como una categoría más general, abarcando cualquier otro tipo de comportamiento criminal.
El mensaje de Pedro es directo: si un creyente comete estos actos y enfrenta consecuencias legales o sociales, no puede atribuir su sufrimiento a su fe cristiana. Decir: “Estoy sufriendo porque soy cristiano” no es válido si realmente estás pagando las consecuencias de tus malas decisiones.
Puede que sea cristiano, pero está a punto de sufrir por su comportamiento pecaminoso.
Pedro está advirtiendo al creyente que no asuma que las consecuencias del pecado son lo mismo que sufrir por Cristo.
Si vas manejando a toda velocidad porque llegas tarde a la iglesia, te pasas un semáforo en rojo, y luego un policía te detiene y te pone una multa, eso no es persecución cristiana. Es una consecuencia de tus propias acciones. Decirle al oficial que eres cristiano no cambia el hecho de que rompiste la ley.
Si un esposo o esposa responde con dureza o critica constantemente a su cónyuge, y luego enfrenta conflicto o distanciamiento en su matrimonio, no es sufrimiento por Cristo. Es una consecuencia de un comportamiento que no refleja el amor y la gracia de Dios.
Si alguien critica y habla mal de sus vecinos constantemente, causando conflictos, y luego nadie lo invita a actividades o cumplenaos, no es porque sea cristiano, sino porque su comportamiento ha creado divisiones y enemistad.
Si una persona critica constantemente a los líderes de la iglesia, genera divisiones entre los hermanos y luego es confrontada por el pastor oalgunos hermanos, no es persecución. Es la consecuencia de un comportamiento que no edifica el cuerpo de Cristo.
Si alguien rompe las normas de convivencia, como estacionarse en lugares no permitidos o colarse en una fila, y luego enfrenta multas o el descontento de otros, no puede justificarlo como un ataque contra su fe.
En segundo lugar
Observe que Pedro agrega un personaje interesante a la lista aquí: alguien que se entremete en lo ajeno.vs15
Pedro también menciona a los que “se entrometen en lo ajeno”.
Esta es una referencia a personas que son alborotadoras, entrometidas y buscan estar en medio de problemas sin ofrecer soluciones son aquellos que dicen ven hermanito vamos a orar, pero no ayuda, no edifica..
Este tipo de comportamiento no solo daña las relaciones, sino que también arruina el testimonio cristiano.
Un autor lo explica así: ser entrometido es asumir un rol que no te corresponde, con la intención de ganar prestigio o influencia.
En otras palabras, se trata de personas que humillan a otros para engrandecerse a sí mismas, que mal por ese pastor, se paso ese hermanito. Este tipo de actitud es destructiva, especialmente para la reputación del evangelio.
Un autor escribe: esta palabra se refiere a alguien que usurpa un papel que no le corresponde en un intento de ganar influencia y prestigio porque ahora está al tanto
En otras palabras, solo están interesados ​​en humillar o menospreciar a las personas para enaltecerse. Escuche, este tipo de comportamiento destruye la reputación del evangelio de la gracia.
Pedro dice: “No sea conocido por este tipo de comportamiento en un mundo que lo evalúa y observa constantemente”.
Y mientras tanto, no piense que las consecuencias de un comportamiento pecaminoso y egoísta, inmoral y cualquier otro tipo de comportamiento criminal o egocéntrico es lo mismo que sufrir por Cristo.
Y lo digo con toda seriedad: si va a vivir como el mundo y el diablo, ¡por favor no le diga a la gente que cree en Jesucristo! Eso le roba la gloria a Dios y la integridad al evangelio.
Conlcuison
Mantente lejos del asesinato, pero también de la ira, el resentimiento y la venganza.
No robes, pero tampoco caigas en la codicia, el engaño o la manipulación.
Evita ser entrometido o arrogante, porque estas actitudes destruyen la gracia del evangelio que deberías reflejar.
Para repasar, el sufrimiento nos acerca mas a Dios
El sufrimiento puede ser consecuencia de nuestra desobediencia
Tercero,

El sufrimiento puede recordarnos el valor de nuestro Redentor.

Note:
Pero si alguno padece como cristiano, no se avergüence, sino glorifique a Dios por ello. (1 Pedro 4:16)
Lo primero que Pedro hace es prepararnos para enfrentar el sufrimiento, pero no con una lista de instrucciones o estrategias. Más bien, nos dice que no nos avergoncemos cuando llegue.
Pedro no promete que siempre sabremos cómo manejar el sufrimiento, pero nos asegura que debemos responder con dignidad y valo
¡La verdad es que no puede prepararse para la mayoría de las cosas que le suceden en la vida!
Muchas cosas en la vida no nos encuentran preparados.
Por ejemplo, la paternidad: aunque uno lea libros, asista a clases o escuche consejos, nunca se está completamente listo para lo que viene. Un autor lo ilustra con humor:
"Si cree que está listo para ser padre, pruebe embarrando mermelada en el sofá, escondiendo comida detrás de un mueble por meses y permitiendo que los crayones decoren sus paredes."
"Si cree que su auto será inmune al desastre, llene los asientos traseros con galletas desmenuzadas y meta un helado en la guantera para dejarlo derretir."
Así como nadie está completamente preparado para ser padre, tampoco estamos siempre listos para enfrentar las pruebas del sufrimiento.
Sin embargo, Pedro nos anima a no bajar la cabeza cuando llegue el momento, sino a mantenernos firmes y a glorificar a Dios incluso en medio de las dificultades.
Sin embargo, una vez más, Pedro habla de manera realista. Tal como en los versículos pasados, usa esa frase condicionalpero si alguno padece como cristiano – y le va a pasar – no se avergüence.vs16
Cuando suceda, no baje la cabeza. No crea la opinion de su mundo. No se avergüence de las burlas e insultos que pueda recibir, esto para los .
Este es el estudiante cristiano en la escuela secundaria que se sienta en una clase de ciencias y el maestro pregunta: “Levanta tu mano si crees que Dios creó todo en seis días” Y su mano está tentada a quedarse abajo.
Este es el estudiante universitario que lo invitan a una fiesta, pero rechaza la invitación. Cuando le preguntan por qué, se siente tentado a decir que no se siente bien.
Este es el hombre que lo invitan a un partido el domingo con compañeros de trabajo, pero en lugar de decir que va a la iglesia, responde: “No soy bueno jugando”. Eso puede ser verdad, pero no es la razón de verdad.
El teólogo Oswald Chambers escribió: “Cuando temes a Dios, no temes a nada más; pero si no temes a Dios, temerás a todo lo demás.”
No te avergüences de lo que piensen los demás, escribe Pedro. Podría traducirlo, no se sienta deshonrado.
Lleve bien puesto el nombre cristiano.
El término cristiano era inicialmente un insulto – era una burla ¡úsalo bien!
Como los creyentes ingleses hace varios años, que deseaban vivir vidas marcadas por la integridad y la pureza, y los apodaron despectivamente puritanos. Era un insulto. No importa; les quedaba bien.
A los ojos del mundo, usted no vale ni un centavo, pero a los ojos de Dios, ha sido redimido, tiene una herencia más allá de su imaginación que durará para siempre y ese valor que nos da nos lleva a glorificarlo.
Querido hermano, el sufrimiento no es algo que podamos evitar como cristianos, pero sí podemos decidir cómo lo enfrentamos. Pedro nos enseña que el sufrimiento por el nombre de Cristo no es una señal de fracaso ni de abandono, sino una oportunidad divina para glorificar a Dios y reflejar Su carácter en nuestras vidas.
Examina el motivo de tu sufrimiento: Pregúntate honestamente: ¿Estoy enfrentando pruebas porque soy fiel a Cristo, o porque he actuado de manera incorrecta? Si el sufrimiento es por malas decisiones, arrepiéntete y busca glorificar a Dios con tus acciones. Pero si sufres por tu fe, recuerda que eso te identifica con Cristo y te da el privilegio de compartir en Sus sufrimientos.
No te avergüences, glorifica a Dios: No bajes la cabeza ni te escondas cuando el mundo te ridiculice por ser cristiano. En lugar de eso, lleva con honor el nombre de Cristo, mostrando con tu vida que Su gloria es más grande que cualquier opinión o burla del mundo.
Permite que el sufrimiento te acerque más a Dios: Como el fuego refina el oro, las pruebas son el proceso de Dios para moldearte a Su imagen. En esos momentos difíciles, no te concentres en el dolor; en lugar de eso, depende del Espíritu Santo, quien te fortalece y reposa sobre ti, dándote gracia y poder para perseverar.

Un desafío final:

Cuando las pruebas lleguen, en lugar de preguntarte: “¿Por qué me pasa esto a mí?” pregúntate: “¿Cómo puedo glorificar a Dios en esta situación?” Haz que tu sufrimiento sea un testimonio vivo de la esperanza, el amor y el poder de Cristo en tu vida.
Como Pedro dice: “Si sois vituperados por el nombre de Cristo, sois bienaventurados, porque el glorioso Espíritu de Dios reposa sobre vosotros” (1 Pedro 4:14). Toma esa promesa, confía en que Dios está contigo, y vive de tal manera que el mundo pueda ver a Cristo reflejado en ti, incluso en medio de las pruebas.
¡Glorifica a Dios con tu vida, porque llevar Su nombre es el mayor honor que puedes tener!
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