UNA GANANCIA MEJOR

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INTRODUCCIÓN

Lectura: 1 Timoteo 6:3-10
Oración
Adorno: El autor Walter Arthur Maier en un libro que publicó en el año 1935 relata la trágica historia de un hombre que había decidido terminar con su vida. En el bolsillo de este hombre se encontraron 30.000$ en efectivo junto con una nota que decía así: “He descubierto durante mi vida que los montones de dinero no da la felicidad… ya no puedo soportar más la soledad y el aburrimiento…
Lamentablemente, esta trágica historia no es poco común. Muchas personas se afanan por acumular riquezas pensando que esto les dará la felicidad, y sin embargo, tras muchos dolores y preocupaciones, lo único que encuentran es más insatisfacción.
Esta historia pudiera parecernos lejana, después de todo, la gran mayoría de nosotros no tiene 30.000 $ en el bolsillo. Sin embargo, la verdad es que la insatisfacción que muchas personas experimentan después de alcanzarlo todo, es la misma que muchos creyentes hoy en día sienten por no tener aquello que tanto anhelan.
Y quizás pienses que estoy exagerando, pero lo que creo es que no estamos tan conscientes de esta realidad en nuestras propias vidas. Sin importar cuánto Dios nos haya provisto o sustentado, seguimos pensando que nuestra felicidad está en aquello que no tenemos.
Es como cuando los niños pasan por una juguetería. No importa cuántos juguetes tengan en casa, siempre va a querer más. No importa cuántos juguetes les hayan comprado sus padres, siempre va a querer aquel que no tienen. Pareciera que nunca es suficiente. Ese deseo o ambición de tener cada vez más es un mal que afecta tanto a creyentes como a incrédulos.
La solución para esto la encontramos en lo que la Biblia llama contentamiento. Éste es el tema que Pablo aborda en la última sección de su primera carta a Timoteo.
En los capítulo 5 y 6 el apóstol instruye al joven pastor sobre dos temas que están muy relacionados, que son la piedad y las finanzas. En el capítulo 5 habla acerca de la responsabilidad de la iglesia de sostener a las viudas que realmente son viudas, y a los pastores que gobiernan bien, especialmente aquellos que trabajan en la predicación y la enseñanza.
Y en el capítulo 6, especialmente en el texto que nos encontramos hoy, Pablo aborda el tema del cristiano y su relación con las posesiones o el dinero. Y creo que esta sección comienza en el versículo 3 y termina en el versículo 19, donde Pablo hace un llamado a los ricos a no confiar en sus riquezas sino en Dios. De manera que, el autor de esta carta hace un triple llamado:
En los versículos 3-10 llama a todos los creyentes a estar contentos o satisfechos con la provisión que Dios les ha dado (1 Timoteo 6:3-10).
Del 11-16, hace un llamado a Timoteo, como pastor de Éfeso, para que caiga en el mismo amor por el dinero que tienen algunos falsos maestros, sino a buscar la justicia, la piedad y el amor (1 Timoteo 6:11-16).
Y finalmente, en los versículos 17-10, llama a los ricos a no confiar en la incertidumbre de las riquezas sino en Dios (1 Timoteo 6:17-19).
En todas estas partes encontramos la instrucción de Pablo acerca del cristiano y su relación con las riquezas. Así que, hoy nos enfocaremos en este primer llamado que Pablo nos hace a todos los creyentes.
Si estás tomando notas, nuestro argumento en esta tarde es: “La verdadera ganancia no se encuentra en las riquezas de este mundo”.
Y veremos esto a través de tres puntos:
La doctrina y las ganancias.
Una ganancia engañosa.
La verdadera ganancia.
Así que te invito a leer nuevamente conmigo todo la sección de 1 Timoteo 6:3-10.

I. LA DOCTRINA Y LAS GANANCIAS (1 Timoteo 6:3-5)

Una de las primeras cosas que nos deja claro este texto es la estrecha relación que existe entre la doctrina y la vida práctica del creyente. Hay quienes erróneamente afirman que la doctrina no es tan importante sino la piedad y el amor. Pero es imposible llegar a tener una vida verdaderamente piadosa sin el fundamento de una doctrina sana.
Por eso Pablo comienza advirtiendo sobre aquellos que enseñan algo diferente. Expone a aquellos que no se adherían a las palabras de nuestro Señor Jesús ni a la doctrina que es conforme a la piedad. Como hemos visto en tantas oportunidades anteriores, algunos de los pastores en Éfeso estaban enseñando doctrinas contrarias al evangelio, y estaba llevando a la iglesia por un camino de impiedad. En 2 Timoteo 2:16–17 leemos precisamente esto “Evita las palabrerías vacías y profanas, porque los dados a ellas, conducirán más y más a la impiedad, y su palabra se extenderá como gangrena…
Por esta razón, Pablo exhorta contra quienes enseñan una extraña doctrina. Ahora bien, es cierto que no siempre una sana doctrina produce una vida de verdadera piedad. Muchos maestros y pastores han sido expuestos públicamente por su pecado, y por vivir vidas que no eran acordes a la sana doctrina que predicaban. A pesar de esto, la caída de estos hombres no anula la verdad que Pablo está transmitiendo en 1 Timoteo, y es que la vida piadosa es el resultado de una vida fundamentada en la verdad del evangelio, es decir, en una enseñanza bíblica.
Es cierto que el conocimiento puede llegar a nuestras mentes y quedarse allí sin bajar al corazón, pero jamás podrá llegar al corazón del hombre si antes no pasa por su mente. Sin una sana doctrina no podremos vivir sanamente.
Si evaluamos el fruto que produce las doctrinas contrarias al evangelio, nos daremos cuenta de esta verdad. El mismo texto nos dice que es de esta enseñanza que nacen las envidias, los pleitos, las blasfemias, las malas sospechas y las constantes rencillas. En vez de ayudar a crecer a la iglesia en la piedad, lo único que producían eran conflictos. Tan grave era la situación en Éfeso que Pablo denuncia esto mismo tanto al inicio como al final:
1 Timoteo 1:3–4Tal como te rogué al salir para Macedonia que te quedaras en Éfeso para que instruyeras a algunos que no enseñaran doctrinas extrañas, ni prestaran atención a mitos y genealogías interminables, lo que da lugar a discusiones inútiles en vez de hacer avanzar el plan de Dios que es por fe, así te encargo ahora.
1 Timoteo 6:3–4Si alguien enseña una doctrina diferente y no se conforma a las sanas palabras, las de nuestro Señor Jesucristo, y a la doctrina que es conforme a la piedad, está envanecido y nada entiende, sino que tiene un interés corrompido en discusiones y contiendas de palabras, de las cuales nacen envidias, pleitos, blasfemias, malas sospechas,
Vemos exactamente los mismos elementos, hombres que enseñan doctrinas diferentes o extrañas y que producen división en vez de edificación. La pregunta es, ¿por qué? ¿Cuál es la motivación de estos hombres al debatir, discutir y tener pleitos teológicos?
El versículo 5 nos da la respuesta. 1 Timoteo 6:5… que suponen que la piedad es un medio de ganancia.
Estos falsos maestros procuraban ser vistos como expertos en la Ley, como sabios, aunque tenían una mente depravada. Su único deseo era enriquecerse a través de su ministerio de enseñanza. Su retórica les daba una fama de sabiduría y conocimiento, y así podían promocionarse a sí mismos cobrando y generando riquezas del ministerio.
Ahora bien, es importante entender que hay una gran diferencia entre lo que Pablo dice en 1 Timoteo 5:17–18Los ancianos que gobiernan bien sean considerados dignos de doble honor, principalmente los que trabajan en la predicación y en la enseñanza. Porque la Escritura dice: «No pondrás bozal al buey cuando trilla», y: «El obrero es digno de su salario».
El problema no es que un pastor sea sostenido por la iglesia económicamente. Un pastor tiene derecho a cobrar un salario digno por el trabajo que hace. Esto no es lo que Pablo está denunciando en el capítulo 6. Más bien, lo que Pablo critica y juzga es a aquellos que quieren enriquecerse a través del ministerio.
Hay una gran diferencia entre trabajar y ganarse la vida con el ministerio; y el buscar enriquecerse explotando la ingenuidad e ignorancia de las personas en la iglesia. Ellos querían generar riquezas a través de su doctrina. Pero a pesar de la apariencia de conocimiento y sabiduría de estos falsos maestros, la verdad es que lo único que demuestran es que no conocen la verdad. Aquello de lo que alardean es de lo que realmente carecen que es verdadero conocimiento de la verdad.
Mira con los describe la Biblia:
Están envanecidos y nada entienden (v.4)
Tienen una mente depravada y están privados de la verdad (v.5)
Y usted se preguntará qué relación tiene entonces esta doctrina falsa con la ganancia. Bueno, el mismo auto-engaño de estos hombres los lleva a poner su mirada en ganancias que realmente no son provechosas.

II. LA GANANCIA ENGAÑOSA (1 Timoteo 6:3-5; 6:9-10)

Por eso, en el versículo 9 habla de aquellos que quieren enriquecerse. Quienes buscan las riquezas realmente están buscando una ganancia dañina y engañosa. Escucha cómo lo afirma el autor 1 Timoteo 6:9Pero los que quieren enriquecerse caen en tentación y lazo y en muchos deseos necios y dañosos que hunden a los hombres en la ruina y en la perdición.
La misma ignorancia de estos hombres los lleva a caer en una trampa para sí mismos. En vez de conseguir ganancia y provecho, consiguen ruina y perdición. El resultado final no es el que desean pero es el que se ganan por poner su mirada en el engaño de las riquezas. Estos falsos maestros creen que la riqueza es el bien último y que en ellas están la felicidad. Tener, tener y tener más.
Algunas han escuchado la historia del Rey Midas, un personaje ficticio de la mitología griega que había recibido el poder de convertir todo lo que tocaba en oro. Este hombre, que al inicio de creyó afortunado, luego de un tiempo se dio cuenta que no podía comer ni beber nada, pues todo lo que tocaba se convertía en oro y ya no se podía consumir. Algunas versiones de esta leyenda cuentan que el Rey Midas murió de hambre al no poder tocar ningún alimento. Otras versiones dicen que pidió a los dioses que le quitarán este “don” que ahora veía como un castigo.
Esto es lo que viene a mi mente cuando leo este texto. Personas que anhelan por sobre todas las cosas una ganancia en riquezas terminan siendo engañados y cayendo en una trampa. El texto nos dice claramente que caen en tentación y en lazo. Es como estas competiciones de rodeo donde el vaquero agita un lazo en el aire para atrapar al novillo. Así atrampa el lazo a quienes anhelan las riquezas por encima de todas las cosas.
La imagen que nos pinta el pasaje es verdaderamente trágica. Pablo no está describiendo una situación menor, sino que advierte del gran peligro que es buscar ganancias engañosas, es decir, ganancias que no son ganancias en verdad.
Ruina y destrucción no describen una situación menor, por el contrario son sinónimo de muerte. Piensa en el hombre al inicio de este sermón, después de alcanzarlo todo, lo único que encontró es la destrucción y la ruina, aún con 30.000 $ en su bolsillo.
Y de nuevo, en este punto, creo que es necesaria una segunda aclaración. De la misma forma que Pablo no está condenando que un pastor reciba un salario, tampoco está condenado aquí el tener riquezas. Es decir, el deseo de prosperar, ahorrar y querer progresar en la vida, incluso el deseo de tener bienes en sí mismo no es algo pecaminoso.
Pablo está yendo al corazón del asunto.
Por eso en el versículo 10 habla de la verdadera raíz del problema.
1 Timoteo 6:10Porque la raíz de todos los males es el amor al dinero, por el cual, codiciándolo algunos, se extraviaron de la fe y se torturaron con muchos dolores.
El problema no está en tener bienes, sino que el corazón que ama el dinero y las posesiones por encima de todas las cosas. Esto es avaricia. Es el deseo dañino de tener riquezas que nunca se sacia. Aquel que valora por encima de todas las cosas las posesiones materiales.
Amados hermanos, y amigos, nosotros vivimos en una sociedad completamente materialista y consumista donde se cree los bienes materiales son los que dan valor al ser humano, y por tanto, el dinero se convierte en el principal motivador de toda acción humana. En Latinoamérica tenemos un dicho que dice: “por la plata baila el mono”, que expresa la triste realidad de que hay personas que harían lo que fuese con el fin de obtener dinero.
El fin de la vida entonces consiste en adquirir bienes. Y quienes hacen de éste su objetivo de vida, terminan apartándose de la fe.
CONEXIÓN CON EL EVANGELIO
¿Sabes cuál es el gran problema con esto? Las riquezas de este mundo, no importa cuán abundantes sean, no tienen ningún provecho en la eternidad.
1 Timoteo 6:7Porque nada hemos traído al mundo, así que nada podemos sacar de él.
Nada hemos traído y nada nos llevaremos.
Quiero que me acompañes a Lucas 12:16-22. En este pasaje Cristo le cuenta la siguiente parábola sus discípulos.
Lucas 12:16–23Entonces les contó una parábola: «La tierra de cierto hombre rico había producido mucho. »Y él pensaba dentro de sí: “¿Qué haré, ya que no tengo dónde almacenar mis cosechas?”. »Entonces dijo: “Esto haré: derribaré mis graneros y edificaré otros más grandes, y allí almacenaré todo mi grano y mis bienes. ”Y diré a mi alma: alma, tienes muchos bienes depositados para muchos años; descansa, come, bebe, diviértete”. »Pero Dios le dijo: “¡Necio! Esta misma noche te reclaman el alma; y ahora, ¿para quién será lo que has provisto?”. »Así es el que acumula tesoro para sí, y no es rico para con Dios». A Sus discípulos Jesús les dijo: «Por eso les digo que no se preocupen por su vida, qué comerán; ni por su cuerpo, qué vestirán. »Porque la vida es más que el alimento, y el cuerpo más que la ropa.
Amado amigo, es posible que el gran objetivo de tu vida sea el acumular riquezas y tener mucho dinero. El problema no está en el dinero en sí, sino en pensar que ése es el objetivo de la vida. Pero la Biblia nos muestra que la vida es mucho más que esto, el dinero, las posesiones, todo esto pasará, y en algún momento nos iremos de este mundo sin llevarnos absolutamente nada, y entonces, tendremos que enfrentar a nuestro Creador para rendir cuentas por nuestras almas. En ese momento, tu dinero y tus posesiones no tendrán ninguna utilidad.
Recuerdo que hace varios años compartía el evangelio con un hombre, y él sacó un billete de 50€ me y me dijo: “éste es mi dios, si lo tengo a él lo tengo todo” Y le respondí: “pues éste no te salvará el juicio final.
Por eso, Cristo vino a este mundo, para librarnos de la verdadera pobreza, que no es la financiera sino la espiritual. Él vino para impartirnos su justicia y darnos su perdón. La vida es mucho más que las posesiones o el dinero, la vida se trata acerca de la piedad y la justicia que provienen de Dios. Si quieres hoy acercarte a Cristo para recibir de Él una mejor ganancia, me encantaría hablar contigo al final del culto.

III. LA VERDADERA GANANCIA (1 Timoteo 6:6-8)

Y a ti amado hermano, ten cuidado de no poner tu mirada en las riquezas al punto de que te apartes de la fe. En cambio, busca la verdadera ganancia.
1 Timoteo 6:6–8Pero la piedad, en efecto, es un medio de gran ganancia cuando va acompañada de contentamiento. Porque nada hemos traído al mundo, así que nada podemos sacar de él. Y si tenemos qué comer y con qué cubrirnos, con eso estaremos contentos.
El antidoto que la Biblia da para este mal es la vida piadosa y contentan en Dios.
Ahora bien, ¿qué es el contentamiento? La palabra griega usada por Pablo aparece 8 veces en el Nuevo Testamento, y siempre indica que algo es o no suficiente, o que alguien está o no satisfecho con las circunstancias. La falta de contentamiento es uno de los grandes problemas de nuestra cultura, después de todo, si las posesiones materiales son las que me dan valor, entonces, mientras más tenga, más valdré. Y para no sentirme poco valioso o inseguro de mi mismo, debo conseguir más. La pregunta es ¿cuánto es suficiente?
Después de leer algunos materiales para este sermón, llegué a la conclusión de que el contentamiento es: “estar en paz confiando en Dios, quien en su providencia, ha orquestado las circunstancias de mi vida
A fin de evitar extremos que no son saludables, se hace necesaria una última aclaratoria. Así como Pablo no está diciendo que está mal que un pastor cobre un salario, o que un cristiano pueda tener riquezas, tampoco estamos diciendo que el contentamiento es conformismo. Es decir, contentamiento no es antónimo de ser diligente y tener objetivos en la vida. El contentamiento está mucho más relacionado con las situaciones que no puedes controlar.
Te pongo un ejemplo: Tienes un coche antiguo y te gustaría cambiarlo, has trabajado duro, has sido buen administrador de tus finanzas, y ahora tienes el dinero para poder comprar un coche mejor con el que puedas entrar al centro de Madrid. Sin embargo, antes de comprar el coche tienes una emergencia que te obliga a usar el dinero para solucionar un problema. Tú has sido diligente pero Dios ha permitido que esto suceda en tu vida. Tienes dos opciones, te puedes afanar y llenarte de muchos dolores, o puedes confiar en Dios, descansando en paz, sabiendo que Él ha orquestado esto en su providencia.
Contentamiento no es estar pasando necesidades por nuestro conformismo o falta de diligencia. El cristiano debe trabajar, debe progresar en la vida, debe procurar tener suficiente para compartir con los demás. Debe aspirar a tener estabilidad en este mundo, pero si El Señor te hace por situaciones que no son las que esperas o deseas, debes aprender a confiar y descansar en Él.
La falta de contentamiento se evidencia mucho más en relación al dinero, pero no es la única área de la vida en la que se manifiesta. Quizás deseas tener ciertos dones o ciertas habilidades, quizás te gustaría tener el mismo estilo de vida que otros, o te gustaría tener una familia como los demás. La falta de contentamiento se puede evidenciar aún en la soltería. Y de nuevo, en todas estas situaciones, el cristiano debe procurar mejorar, quien está soltero hace bien en buscar casarse, quien quiere tener alguna habilidad hace bien en entrenarse.
Pero, ¿qué pasará si Dios te tiene en ese lugar por mucho tiempo? ¿Expresarás la insatisfacción y queja? ¿O confiarás en Dios y su providencia?
De modo que, a la pregunta ¿Cuánto es suficiente? Nuestro texto responde en el versículo 8. 1 Timoteo 6:8Y si tenemos qué comer y con qué cubrirnos, con eso estaremos contentos.
Qué comer y con qué cubrirnos hace referencia a las necesidades más básicas del ser humano, el alimento es necesario para el sustento, y el cubrirnos se refiere tanto al vestido como al techo sobre nuestras cabezas. Pablo está diciendo que teniendo lo más básico cubierto podemos estar satisfecho, ¿por qué? Porque la satisfacción cristiana no está en algo que deseamos obtener sino en alguien a quien debemos conocer. Nuestra relación con Cristo nos hace plenos y no das llena de una paz, gozo y satisfacción que este mundo nunca podrá experimentar.
Si nuestra satisfacción está en las cosas de este mundo, seremos hombres y mujeres desdichados por no poder alcanzar todo cuanto deseamos, y finalmente terminaremos cayendo en tentación y lazo que nos llevarán a la ruina. Tendremos una vida llena de queja, y en el peor de los casos, inclusos nos apartaremos de la fe por querer conseguir aquello que deseamos en este mundo.
Esta perspectiva ha sido tan dañina que muchas personas son atraídas al evangelio de la prosperidad y creen que la bendición de Dios es la prosperidad de económica y que si no estás prosperando económicamente, entonces Dios no te está bendiciendo y esto puede ser porque no estás diezmando o porque no tienes fe llenando a las personas de inseguridad y manipulándolos para enriquecerse.
Todo esto muestra el amor por el dinero y la avaricia de los corazones que es alimentado por la falsa doctrina.
La piedad con contentamiento es el antídoto para este mal. Estar satisfechos confiando en la providencia de Dios nos permitirá vivir vidas plenas. Ésta es la verdadera ganancia, escucha lo que dice 1 Timoteo 4:8Más bien disciplínate a ti mismo para la piedad. Porque el ejercicio físico aprovecha poco, pero la piedad es provechosa para todo, pues tiene promesa para la vida presente y también para la futura.
La piedad con contentamiento es la que nos permitirá vivir satisfecho en un mundo lleno de insatisfacción.

APLICCIONES

La pregunta es: ¿Cómo podemos tener esta verdadera ganancia? Creo que para obtener esta verdadera ganancia, una ganancia que verdaderamente trae provecho, debemos:
Desarrollar una perspectiva bíblica acerca de la vida: Cuando el Señor Jesús le contó la parábola a sus discípulos en Lucas 12, les dijo que la vida es mucho más que el alimento y el vestido. Jesús es el autor de la vida, por tanto, nadie mejor que Él sabe de qué se trata la vida. Nuestro objetivo principal es conocer a Dios y tener la vida eterna que Él ofrece. La verdadera vida es conocer y ser como Cristo. Si no entendemos esto, y nos dejamos influenciar por el pensamiento materialista, entonces todo nuestro sistema de valores y toda nuestra cosmovisión estará enfocada en las posesiones materiales. Por eso la doctrina es tan importante. No podemos vivir una vida piadosa y llena de contentamiento a menos que tengamos una perspectiva bíblica acerca del propósito de la vida, y esto solo es posible por medio de la sana doctrina. Así que, en primer lugar, debes tener una perspectiva bíblica acerca de la vida.
Convencernos de que nuestra verdadera vida no está aquí: En Colosenses 3, Pablo les dice a los creyentes que su vida está escondida con Cristo en Dios, y que Cristo es nuestra vida. Nuestro tiempo en este mundo es pasajero, no estaremos aquí para siempre. De qué sirve acumular tanto que realmente no podremos disfrutar. De nuevo, una sana doctrina nos enseñará esto.
Entrénate en la piedad: En tercer lugar, debemos entrenarnos en la piedad. Éste es el primer elemento para una vida plena. La piedad es la vida conforme a la voluntad de Dios, teniendo nuestros objetivos, deseos y aspiraciones alineados con la voluntad de Dios. Esto nos lleva a crecer en santidad, amor, justicia y obediencia a Cristo. El texto que leímos hace unos minutos en 1 Timoteo 4:8 nos muestra esto. Crecer en la piedad requiere disciplina, constancia, esfuerzo, diligencia. De la misma manera que nos entrenamos para estar saludables, así también debemos entrenarnos para ser piadosos. Piensa en la piedad como si fuesen tus músculos, mientras más te ejercites más fuertes estarán. Así es la piedad, mientras más disciplinado seas en buscar al Señor, en leer su Palabra, en orar, en congregarte, en tener comunión con otros más piadoso serás.
Aprende el contentamiento: Este es el segundo aspecto de la verdadera ganancia, la piedad y el contentamiento. Ahora, estar contentos no ocurre mágicamente. Nunca nadie se sentirá contento de manera natural o espontánea. Es decir, no llegará un momento en tu vida en el que digas “ahora si es suficiente, con esto ya estoy satisfecho”, porque toda circunstancia es cambiante, el contentamiento no tiene que ver tanto con las circunstancias externas sino con la satisfacción interna. Debes aprender a estar satisfecho en medio de tu situación actual. Pablo dijo a los Filipenses 4:11–13No que hable porque tenga escasez, pues he aprendido a contentarme cualquiera que sea mi situación. Sé vivir en pobreza, y sé vivir en prosperidad. En todo y por todo he aprendido el secreto tanto de estar saciado como de tener hambre, de tener abundancia como de sufrir necesidad. Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.” Pablo aprendió a contentarse en medio de cualquier situación.
Reconoce los ídolos en tu corazón: El amor al dinero es avaricia, y la Biblia llama a la avaricia idolatría. Cuando estamos insatisfechos y pensamos que obtener algo nos dará la felicidad, estamos poniendo ese algo en el lugar de Dios. Debes usar la falta de contentamiento en un área de tu vida para reconocer los ídolos en tu corazón y arrepentirte.
Confía en Dios: Finalmente medita en la Palabra de Dios, especialmente en momento difíciles en los que las circunstancias no son lo que quisieras. Un buen texto es Hebreos 13:5–6 que dice “Sea el carácter de ustedes sin avaricia, contentos con lo que tienen, porque Él mismo ha dicho: «Nunca te dejaré ni te desampararé», de manera que decimos confiadamente: «El Señor es el que me ayuda; no temeré. ¿Que podrá hacerme el hombre?». Hay dos cosas que el autor de Hebreos menciona en este pasaje, uno es para la provisión y otro es para la protección. Tu seguridad y sustento están en las manos de Dios. Aún en medio de circunstancias difíciles, meditar en la Palabra de Dios te llevará a confiar más en Él.
Amados, este mundo está lleno de ganancias engañosas, ganancias que no son provechosas en verdad. Que Dios nos ayude y nos lleve a procurar la verdadera ganancia, aquella que tiene provecho para esta vida y para la futura, ¿amén?
Oremos.
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