Siervos Inútiles
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· 4 viewsEl servicio a Dios es un privilegio pero también es una deuda, la cual realizamos sin esperar recompensa, gratitud o aplauso.
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Siervos Inútiles: La Verdadera Humildad en el Servicio
Siervos Inútiles: La Verdadera Humildad en el Servicio
Luke 17:7–10 “¿Quién de vosotros, teniendo un siervo que ara o apacienta ganado, al volver él del campo, luego le dice: Pasa, siéntate a la mesa? 8¿No le dice más bien: Prepárame la cena, cíñete, y sírveme hasta que haya comido y bebido; y después de esto, come y bebe tú? 9¿Acaso da gracias al siervo porque hizo lo que se le había mandado? Pienso que no. 10Así también vosotros, cuando hayáis hecho todo lo que os ha sido ordenado, decid: Siervos inútiles somos, pues lo que debíamos hacer, hicimos.”
En Lucas 17:7-10, Jesús enseña sobre la naturaleza del servicio y la postura de un siervo ante su amo.
El pasaje menciona que un siervo, después de hacer su trabajo, no debe esperar gratitud, sino reconocer que ha hecho lo que era su deber.
Esto resalta la humildad y la dedicación que deben caracterizar a aquellos que sirven.
Nos desafía a examinar nuestras motivaciones y a servir genuinamente, sabiendo que es un deber y un privilegio, lo que puede traer paz y satisfacción en nuestras vidas.
Este pasaje señala la actitud de humildad que también fue ejemplificada por Cristo, quien, a pesar de ser el Hijo de Dios, se humilló a sí mismo y se convirtió en siervo de todos, incluso entregando su vida por la humanidad.
Nuestros deberes como siervos no son cargas, sino descanso en Cristo. Oportunidades para reflejar la humildad de Cristo en nuestras vidas diarias, sirviendo sin esperar nada a cambio y glorificando a Dios en cada acto de servicio.
1. Servir Sin Recompensa
1. Servir Sin Recompensa
Luke 17:7 “¿Quién de vosotros, teniendo un siervo que ara o apacienta ganado, al volver él del campo, luego le dice: Pasa, siéntate a la mesa?”
Podrías reflexionar sobre cómo un siervo, al regresar del campo, debe seguir sirviendo a su amo sin esperar recompensas.
Te sugiere reconsiderar tus motivaciones para servir a Dios y a los demás, buscando una actitud de entrega desinteresada como parte de tu llamado cristiano.
Muchos fracasan como siervos porque actúan como personas caritativas y no como siervos, es decir, como si le están haciendo un favor a Dios, o a la iglesia o al pastor.
Este servicio no lo acepta Dios, como no aceptaba la ofrenda y el servicio de Israel. Isaías 1:13 “No me traigáis más vana ofrenda; el incienso me es abominación; luna nueva y día de reposo,* el convocar asambleas, no lo puedo sufrir; son iniquidad vuestras fiestas solemnes.”
Es reconocer que gozamos del privilegio de ser siervos de Dios, algo que el hijo prodigo entendió después de sufrir.
Lucas 15:18–19 “18Me levantaré e iré a mi padre, y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti. 19Ya no soy digno de ser llamado tu hijo; hazme como a uno de tus jornaleros.”
Es mejor que El Padre nos invite a sentarnos a la mesa y no que nosotros abusivamente queramos sentarnos porque creemos que lo merecemos.
2. Gratitud No Buscada
2. Gratitud No Buscada
Luke 17:8–9 “¿No le dice más bien: Prepárame la cena, cíñete, y sírveme hasta que haya comido y bebido; y después de esto, come y bebe tú?¿Acaso da gracias al siervo porque hizo lo que se le había mandado? Pienso que no.”
Quizás debas imaginar el escenario donde el siervo no espera gratitud, sino que cumple su deber con dedicación.
No se siente humillado porque después de trabajar todo el día debe servir a su Señor.
Nosotros también después de trabajar todo el día, no esperemos que El Señor nos sirva, sirvámosle con amor, alegría y mucho entusiasmo. (Marcos Vidal - Discípulos : “No quiero ser de los cinco mil que disfrutan del milagro Prefiero ser de los doce que recogen los pedazos”)
Te invita a pensar en la satisfacción y paz que se encuentran al servir sin esperar nada a cambio, como reflejo del amor sacrificial de Cristo.
Estos versículos destacan que un servicio genuino y humilde es lo que se valora en el Reino de Dios, y que nuestro reconocimiento verdadero viene de Dios, no de la aprobación humana.
3. Humildad en el Deber
3. Humildad en el Deber
Luke 17:10 “Así también vosotros, cuando hayáis hecho todo lo que os ha sido ordenado, decid: Siervos inútiles somos, pues lo que debíamos hacer, hicimos.”
Tal vez este pasaje te desafíe a ver que nuestra humildad y actitud de siervo inútil reflejan cómo debemos servir a Dios con el entendimiento de que solo estamos haciendo nuestro deber.
Lucas 17:10 (NTV) De la misma manera, cuando ustedes me obedecen, deben decir: “Somos siervos indignos que simplemente cumplimos con nuestro deber”.
Nos recuerda que, al igual que Cristo sirvió desinteresadamente, debemos esforzarnos por tener la misma actitud en cada responsabilidad.
En muchos casos el trabajo del siervo no era para obtener salario sino para pagar una deuda. De manera que cada obra que realizamos estamos agradeciendo que El Señor pagó por nosotros una deuda impagable.
Al final del día, somos llamados a servir con fidelidad, destacando que nuestro crecimiento espiritual viene al actuar siempre como siervos de Cristo.
Conclusión
Conclusión
Servir a Dios es un privilegio porque no lo merecemos, es una oportunidad de oro que nos da el Señor para fortalecer nuestra fe y perseverancia en el evangelio, para ser útiles en la propagación del mensaje de salvación de manera que otros también vengan a los pies de Cristo, lo que se traduce en perlas en nuestras coronas.
Sirve el Señor con alegría y entusiasmo, no esperando nada a cambio, y El Señor te recompensará en el día que te presentes a su presencia. Mateo 25:21 “Y su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor.”