Líder o Jefe
Enseñanza lideres • Sermon • Submitted • Presented
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· 4 viewsLa historia del centurión también se caracteriza por ser un líder interesado en las personas a su cargo.
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Líder o Jefe
Líder o Jefe
Mateo 8:5–7 “5Entrando Jesús en Capernaum, vino a él un centurión, rogándole, 6y diciendo: Señor, mi criado está postrado en casa, paralítico, gravemente atormentado. 7Y Jesús le dijo: Yo iré y le sanaré.”
Introducción
Introducción
La historia del centurión de Capernaum se destaca por la fe de este hombre, que no era judío pero maravilló al Señor con su fe: Mateo 8:10 “Al oírlo Jesús, se maravilló, y dijo a los que le seguían: De cierto os digo, que ni aun en Israel he hallado tanta fe.”
Pero hoy veremos otra virtud demostrada en esta historia: su interés por las personas que están a su cargo.
La bondad Centurión
La bondad Centurión
El centurión [a] era un oficial del ejército romano que contaba con mando táctico y administrativo.
Los candidatos eran escogidos por sus cualidades de resistencia, templanza y capacidad de mando, además de contar con considerable influencia y responsabilidad.
Un centurión no se caracterizaba por su amabilidad o compasión, sino por su fuerte carácter y su indiferencia al sufrimiento humano.
Debían estar capacitados para lastimar, torturar y matar.
Por eso el centurión de esta historia llama la atención por su interés en uno de sus criados.
Solamente Cristo puede transformar la vida del hombre. 2 Corintios 5:17 “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.”
Este centurión se caracteriza por el interés que tenía por uno de sus siervos.
Estaba enfermo y posiblemente había gastado en médicos pero no lo pudieron curar.
Si un hombre duro como el Centurión pudo cambiar su corazón para tener compasión por sus siervos, cuanto más nosotros que somos llamados para atender las almas no deberíamos interesarnos por el bienestar de las personas que están a nuestro cargo, por muy difíciles que sean.
Rogó al Señor
Rogó al Señor
El Centurión entendía que solo Cristo podía hacer un milagro en su siervo, por tanto acude a Él para interceder.
Nosotros sabemos que Cristo tiene poder para sanar, restaurar, libertar y ayudar a todo el que lo necesita.
Tomemos el ejemplo del Centurión y postrémonos en tierra clamando por las personas que Dios ha puesto a nuestro cargo.
Tengamos el interés de conocer a cada uno por nombre, de saber sus necesidades y clamar al Señor por ellos.
Jesús intercedió por sus discípulos y por nosotros antes de ir a la cruz: Juan 17:20–21 “Mas no ruego solamente por éstos, sino también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos, para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste.”
Cuan importante es que intercedamos unos por otros para que exista fortaleza espiritual en nuestro grupo: Santiago 5:16 “Confesaos vuestras ofensas unos a otros, y orad unos por otros, para que seáis sanados. La oración eficaz del justo puede mucho.”
Entendía su posición de autoridad
Entendía su posición de autoridad
Mateo 8:9 “Porque también yo soy hombre bajo autoridad, y tengo bajo mis órdenes soldados; y digo a éste: Ve, y va; y al otro: Ven, y viene; y a mi siervo: Haz esto, y lo hace.”
El centurión se preocupaba por sus siervos porque entendía su posición de autoridad.
Cuando entendemos nuestra posición no la usaremos para humillar sino para servir.
Tomemos una actitud de líderes no de jefes.
No es solo de exigir sino de ayudar, ser ejemplo e interesarse por los demás.
Conclusión
Conclusión
El Centurión recibió el milagro del Señor porque tenía fe, pero también el Señor tomó en cuenta su compasión, misericordia e intereses por las personas que estaban a su cargo. Lucas 10:37 “Él dijo: El que usó de misericordia con él. Entonces Jesús le dijo: Ve, y haz tú lo mismo.”